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En el Instituto viejo con don Cándido (1) |
Durante
los siete años que duraron mis estudios de Bachiller en el Instituto
de Requena, del curso 1961-1962 al de 1967-1968, el 7 de marzo,
festividad de Santo Tomás de Aquino patrón de los estudiantes, se
convirtió en una de las fechas más importantes de mi vida, no solo
del calendario escolar sino de todo el año. En aquellos años, el
día que se celebraba la fiesta en honor del sabio y santo patrón de
las universidades y centros de estudio católicos era el 7 de marzo,
fecha del aniversario de la muerte del Aquinate, y no el 28 de
enero, que fue el día que tras ser canonizado, se trasladaron sus
restos mortales a Toulouse. Ese día era fiesta en cada instituto, no
sé como lo celebrarían en otros centros de otras poblaciones, pero
en Requena, pese a que apenas recuerdo los detalles, revestía tal
carácter de algo tan especial que permanece en uno de los lugares de
honor de mi memoria. Y yo, cada 7 de marzo, rememoro aquella
entrañable fiesta que celebrábamos en el Instituto. Este año lo
hago intentado plasmar por escrito algún retazo de tan feliz y
maravilloso día.
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El viejo Instituto, junto al Carmen |
Me
gustaría poder ir describiendo año a año cada uno de los días de
aquella fiesta, pero mi memoria no recuerda tanto, tan solo
fragmentos aislados, pequeñas teselas sueltas de aquel gran mosaico,
escenas que se entrelazan a modo de un tráiler de película.
El
día señalado, por la mañana, cuando llegábamos al Instituto
encontrábamos el aula de estudio, en el viejo edificio de la calle
del Carmen, o el vestíbulo del flamante edificio al final de la
Avenida, plagado de dibujos y comentarios satíricos sobre el
profesorado, aunque no sé quienes hacían estos dibujos.
Posiblemente, antes de entrar ya se habían pertrechado los alumnos
de los pertinentes cornetines, como recordaba Ricardo Hernández y
que mareaban cantidad, como bien rememora Bernardo Gavilá. El uso de
los cornetines, al menos en los primeros cursos, ha quedado
inmortalizado en la foto que tenemos con el profesor don Cándido
Pérez Gasión en el patio del viejo Instituto. Luego había algún
acto especial, por ejemplo el grupo de chicas bailando la jota y
otros bailes requenenses con los trajes típicos.
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Encuentro de fútbol (2) |
Para los chicos lo
más importante, al menos es lo que mejor recuerda Julián López
Gorbe, era el partido de fútbol que se celebraba en el Campo de
Fútbol que entonces estaba junto a la Plaza de Toros, y allí
estaban muchas de las compañeras animando a su equipo, encuentro del
que también tenemos testimonios fotográficos.
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7 de marzo de 1965 (3) |
Por
la tarde, algunos de los alumnos del curso solíamos juntarnos a
merendar, años después nos juntaríamos para comer ese día tan
señalado. En aquella Requena de comienzos de los sesenta ya no había
hambre, pero se mantenía la austeridad en las de comidas, de ahí
que merendar o comer en un restaurante fuese algo extraordinario.
Creo recordar que en los primeros cursos sólo nos juntamos para
merendar, que no era poco, en el restaurante del hotel La Favorita. Y
tras una larga sobremesa y algún paseo por la Avenida nos
disponíamos a ir al teatro principal a ver la función que habían
preparado “los mayores”, los del último curso.
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En la función del 7 de marzo de 1964 |
Asistir
a la función de teatro que se representaba en el Teatro Principal
constituyó uno de los rituales más importantes de aquel día. El
núcleo central lo constituía la pieza teatral interpretada por los
alumnos de sexto curso, aunque podía recurrirse a algún alumno de
otro curso, como pasó en la nuestra. Antes de la obra había algún
otro tipo de entretenimiento, algún espectáculo que, sinceramente,
no recuerdo nada más que aquel en el que participamos las chicas
cuando estábamos en tercer curso. Merche Fillol, que era la
profesora de Educación Física, propuso escenificar una poesía Mi
novia, del poeta requenense Venancio Serrano Clavero que
describía trajes, y bailes y otros aspectos de las diversas regiones
españolas. Se colocó un mapa gigante de España, me parece que se
rellenó de papelitos de papel seda de colores, como los de las
carrozas en la Fiesta de la Vendimia, cada región llevaba un color
y una gran cinta colgaba de su capital. Conforme la profesora iba
recitando la poesía y evocando cada región salían dos niñas, una
por cada lado del escenario, se acercaban al centro y cada una de
ellas cogía la cinta que le correspondía en el mapa. A mi me tocó
la de Madrid e iba vestida de madrileña. Pasé un cierto sofocón,
pero al fin y al cabo no tenía que hablar. Tres años después fue
diferente, sí me toco hablar porque ya estábamos en sexto y, aunque
mi papel en la función no fue muy largo, “me tocó hablar”. La
verdad es que nos tocó a todas las chicas porque éramos muy pocas,
es más como en la obra había cinco personajes femeninos tuvimos que
echar mano de compañeras de otro curso.
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Cartel de la obra del 7 de marzo de 1967 |
La
obra de teatro que representamos fue Aprobado en inocencia, de
Luis de Peñafiel y en ella Mª carmen Jarillo asumió el papel
principal de Evelin Sheldon, Elvira Salinas el de Winkie Wollcott, yo
el de Ada Wollcott, las otras dos fueron Angelita García en el
papel de Dolly y Mª Dolores Erans en el de Mara, creo que estaban en
5º curso. En cuanto a los personajes masculinos fueron interpretados
por Juan Antonio Pérez Salas y José Argiles como los hermanos Tom y
Jack Sheldon. Recordaba Mª Carmen Jarillo que para el papel de padre
ningún alumno le parecía el adecuado a don Cándido, nuestro
profesor de Lengua y Literatura que había elegido la obra, y se
recurrió a Felipe Gallego, que ya había terminado el
Bachiller. El resto de compañeros hicieron de apuntadores, regidor
de escena, etc. El director de la obra fue Ramón Llobregat, gran
aficionado al teatro y que formaba parte de un grupo de requenenses
que interpretaban obras de teatro.
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Después de la función Aprobado en Inocencia (4) |
La
función de teatro servía para financiar el viaje fin de Bachiller.
Con la venta de las entradas se pagaba el alquiler del teatro y los
gastos derivados de la función. Cuenta mi hermano Luis que hacía falta
un telón, tanto para la función de Requena como para la que hicimos
posteriormente en Camporrobles, y hubo que ir a Valencia para
alquilarlo. La recaudación en Requena, según recuerda mi hermano, había sido buena porque todos los alumnos estabamos
comprometidos en vender el cupo de entradas que nos había sido
asignado y conseguimos venderlas entre familiares y amigos,
además en los entreactos se hicieron dos rifas, pero en Camporrobles no se había anunciado y no fue casi nadie, en
consecuencia perdimos algunas pesetillas, pero eso sí, nos
divertimos mucho. Me parece que antes de entrar en escena alguien nos
daba algo de beber que, incuestionablemente, nos desinhibía. El
problema luego, era contener la risa.
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En el campo de fútbol, 1964 ó 1965 (5) |
El
día de Santo Tomás era un gran día, como comentaban Bernardo y
Julián, no había clase, pero íbamos al Instituto. En realidad el
Instituto era nuestra segunda casa, pasamos muchas horas de nuestra
vida en él, posiblemente no todos disfrutaran en las clases, pero la
mayoría íbamos avanzando paulatinamente por el camino del saber y
del conocimiento, unos más lentos, otros más rápidos. También
nuestras horas de juego, porque la hora del recreo era alegre y
bulliciosa, los grupos de amigas y las confidencias, los bocadillos
de entonces... en definitiva, el Instituto entra a formar parte de
nuestra vida en “aquellos maravillosos años”.
(1)
De izquierda a derecha y de abajo arriba: Joaquín Cebrián, José
María Martínez, Antonio Yeves, Andrés Cuéllar, JuliánLópez
Gorbe. Agustín Redondo, Luis Piqueras, Ricardo Hernández, Álvaro
Atienza, José Gómez Martínez. Bernardo Gavilá, Antonio Gresa,
Arturo Gómez, Antonio López, José Luis Ibáñez. Mario Laguna,
Francisco Martínez, José Antonio Martínez Pérez, Mario Ortíz. Mª
Pilar García Lorente, Dolores, Matilde Pérez Núevalos, Mª Carmen
Jarillo, Elisa Agulló, Elvira Salinas, Teresa Roda, José Antonio
Sánchez. Teresa Ramos García, César Roda, Juan Bautista Montagut,
don Cándido Pérez Gasión, Mª Carmen Martínez.
(2) Encuentro de fútbol. De
izquierda a derecha y de abajo arriba: 1ª fila Miguel Martínez,
Arturo García, José María Martínez López, Rami, Pedro Gilabert
Tamarit, Bernardo Gavilá. 2ª fila: Vicente Jauzarás, Julián
López, Adolfo Barbero, José Luis Lahiguera, Jose Argilés y de
portero Vicente López.
(3) De
izquierda a derecha y de abajo arriba: ?, Matilde Pérez Nuévalos,
), Marijuli Haba, Teresa Ramos, Mª Lidón Brea Diago, Mª Carmen
Martínez, Francisco Sánchez, Andrés Cuéllar, Dolores, Teresa
Roda, marina Pérez, Elvira Salinas, José Argilés, Dulce Nombre
Agraz, Rosario Serna, Antonio Lahiguera, César Roda.
(4) De
izquierda a derecha y de abajo arriba: Luis Piqueras, José Gómez
Martínez, Julián López, Antonio Yeves, Fernando Latorre, Francisco
Sánchez, Carlos Vila, Mario Laguna, Emilio Ramos, José Antonio
Pérez-Salas, Exuperio Diez. Adolfo Barbero. Mario Ortíz, José
Argilés ,Vicente Jauzarás, Mª Carmen Jarillo, Isidora Sevilla
Palacios, Mª Carmen Martínez, Elvira Salinas, Antonio Latorre, Mª
Dolores Erans, Angelita García, Felipe Gallego. Luis A. Martínez,
Eduardo Ramos, José Antonio Sánchez.
(5) De
izquierda a derecha y de abajo arriba: Luis Piqueras, Rami, José
Antonio Martínez Pérez, Aturo García Cerdá. Adolfo Barbero,
Julián López, Vicente Jauzarás, Álvaro Atienza, Bernardo Gavilá,
José María Martínez, José Gómez. Francisco Martínez, Dulce
Nombre Agraz, Matilde Pérez Nuévalos, Mª Victoria Pérez Nuévalos,
Dolores, Marina Pérez, Mª Carmen Jarillo, Elvira Salinas, Francisco
Sánchez, Mario Laguna, José Antonio Sánchez.